Paul Greengrass nos presenta este sorprendente thriller-biopic llamado “Capitán Phillips”, que narra el secuestro del buque carguero estadunidense “MV Maersk Alabama” en aguas del Océano Índico a manos de un grupo de piratas somalíes, liderados por el enjuto “Muse” (Barkhad Abdi). “Muse” y su grupo de corsarios buscan obtener una jugosa suma de dólares a cambio de liberar la embarcación yanqui, pero encontrarán la férrea oposición del capitán “Richard Phillips” (Tom Hanks) y toda su tripulación.
Paul Greengrass retoma el tema de los rehenes (como lo hiciera en “United 93”) en esta producción de Michael De Luca y Scott Rudin. Situaciones de extrema ansiedad donde los protagonistas de “Capitán Phillips” se encuentran en desventaja respecto a sus captores: no cuentan con arma alguna para defenderse y deberán hacer gala de ingenio, habilidad y voluntad para salir airosos de tan radicales circunstancias.
El cineasta originario de Cheam (Inglaterra) se ha convertido en un especialista del docufilm, elevando a niveles de maestría la habilidad de sostener la tensión dramática bajo un planteamiento básico: ¿cómo lograrán los rehenes que sus captores incumplan con su cometido?
Greengrass apostó esta vez más fuerte, al contar entre sus filas con uno de los actores más consolidados del mainstream, Tom Hanks. Hanks, quien ha hecho el crossover tal vez más exitoso en la historia del cine, al pasar de ser un fino histrión de la comedia americana a un serio y multifacético actor de drama, vuelve a repetir una soberbia actuación.
Contenido magistralmente en la mayor parte del film, Hanks rompe al final en una escena que conmoverá al espectador, al desbaratar el shock emocional en el que se encuentra envuelto por su secuestro, y puedo decir que es uno de los momentos más desgarradores que ha podido brindarnos el nacido en Concord, California, a lo largo de su brillantísima y dilatada carrera actoral.
El neófito y escuálido Barkhad Abdi, complementa de manera ideal el círculo histriónico compuesto por él y por Hanks. “Muse” es el perfecto enemigo de “Phillips”, obstinado hasta el final, pone en su mirada que estará dispuesto a todo, con tal de conseguir su cometido, al igual que su contraparte, que se halla encarnada en Hanks.
Barkhad tiene momentos espléndidos como aquel de “Ya llegué muy lejos, irlandés (en referencia a “Phillips”). No me puedo rendir”. O aquel donde el capitán le inquiere: “¿qué no te puedes dedicar a otra cosa que no sea ser pescador y secuestrador de gente?” y “Muse” con voz resignada le contesta: “Maybe in America (tal vez en Estados Unidos)…maybe in America”. Parafraseando muy bien aquello de “Only in America”.
Es de agradecerse que existan cineastas como Paul Greengrass, que coloca elementos estrellas (como Hanks y un presupuesto de 55 millones de dólares) al servicio de la historia y no al revés. Cuántas veces hemos visto grandes recursos desperdiciados en aras de la petulancia de un director o simplemente no aprovechados por la miopía del mismo. Greengrass ya tiene en sus alforjas un premio de renombre internacional: el BAFTA (el equivalente inglés del Oscar), como “Mejor Director” por “United 93” (2006) y no dudo que si sigue por este certero camino, el inglés pueda seguir cosechando reconocimientos de este calibre.
Mención aparte merece esa escena donde los SEALS (comandos de élite de la armada estadunidense), saltan del avión transportador para ir en busca de “Richard Phillips”; acción que en el aire, aunada al estupendo score (a cargo de Henry Jackman), erizan la piel, pues vemos a héroes del mundo real ejecutando un acto espectacular, donde la emoción surge, pues a estas alturas del film, ya uno se halla completamente empatizado con el personaje de Hanks.
Es admirable la naturalidad con que fluye la narración del cineasta inglés, no hay nada fuera de lugar que interrumpa la sucesión orgánica de los hechos. Y ése es uno de los mayores méritos del director de “Bloody Sunday”: permitir que la historia surja por sí misma, convirtiéndose en un ente con vida propia que se autoregula de manera constante y vivaz.
Una película que no tiene fisuras argumentales, que no necesita de subtramas para redondear una historia sencilla y por demás angustiante, magníficamente manufacturada por las diestras manos de Paul Greengrass.
El señor Hanks suele ser garantía de buenas historias. Esta película esta en mi lista de pendientes desde ahora.
Muy buena recomendación Mike!!!
Shaman 4152: soy el director del blog, y tras la critica de Eduardo, aun tengo mas ganas de verla. Gracias por pasarte por aqui…