Clásicos del 7º Arte: Uno de los nuestros

Martin Scorsese no es un director clásico en un sentido estricto de la palabra. Nunca se ha manejado entre estructuras clásicas pero sí que se ha nutrido de ellas para tomar otros caminos. Hoy en día ya forma parte de los grandes clásicos haciendo de su visión y estilo a contracorriente un espejo para todos. Cuando se trata de crear atmósferas de bajos fondos, lugares oscuros donde sangre, dinero y poder están a la orden del día, lugares en los que se desatan la locura y la perversión Scorsese no tiene rival.

‘Uno de los nuestros’ nos sumerge en el mundo de la mafia para relatar la historia real de Henry Hill, interpretado por Ray Liotta, un tipo maravillado desde niño por lo que los mafiosos de su barrio pueden conseguir. Fiel a los hechos, esta es una película con aire de documental sobre las venturas y desventuras de su recorrido por este mundo pervertido y totalmente corrompido. En tres décadas conocerá a grandes personajes como James Conway y Tommy DeVito (Robert De Niro y Joe Pesci respectivamente) que le ayudaran a establecerse creando un trío difícil de igualar. Mientras acompañamos a Henry descubrimos los entresijos de este mundillo, los estamentos de poder y el funcionamiento de un sistema fuera de la ley pero efectivo y organizado. Contrabando de droga, violencia, asesinatos, atracos,… todo tiene cabida. Especialmente remarcable es el personaje que Joe Pesci interpreta, un tipo duro de metro y medio. 

Explicar los motivos, por múltiples, de por qué ‘Uno de los nuestros’ (‘Goodfellas‘ en el original) es una absoluta obra maestra no es fácil. El empleo de la música, el ritmo y la continuidad que impregna a cada fotograma y la atmósfera ambientada por magníficos actuaciones hacen que Martin Scorsese sea sin lugar a dudas uno de los míos.