Momentos estelares de los juegos olímpicos
Las olimpiadas son unas de las citas deportivas más especiales, deparando toda la magia que solo puede ofrecer la competición en estado puro, con unos atletas imbuidos de aquel espíritu amateur que tanto se echa de menos en el deporte actual. Además, ningún otro evento deportivo como los juegos es capaz de generar tantos episodios históricos que quedan para siempre en la memoria colectiva, siendo compartidos por millones de personas repartidas por todos los lugares del planeta.
En este post vamos a recoger algunos de los momentos estelares más recordados de los juegos, proponiéndote un apasionante viaje en el tiempo para recordar gestas logradas contra viento y marea, episodios de heroísmo que trascienden el deporte, jornadas en la que el ser humano ensancho sus límites, días en los que pareció que la perfección podía tener encarnadura y duelos en las que la voracidad competitiva fue llevada al paroxismo.
Jesse Owens- Berlín 1936
Los Juegos de Berlín de 1936 tenían que ser el escaparate perfecto para mostrar la magnificencia de la Alemania Nazi, pero si en la vertiente escenográfica todo fue del gusto de Hitler no ocurrió lo mismo en el plano deportivo con los triunfos en la pista de atletismo de Jesse Owens, un atleta negro que ridiculizó todas las teorías racistas que ensalzaban a la raza aria. El Führer vio particularmente humillados sus prejuicios en la competición de salto de longitud, en la que Owens se alzó con la medalla de oro por delante del alemán Carl Ludwig “Luz” Long, que curiosamente estaba en las antípodas del dictador hasta el punto que aconsejó al atleta americano en sus saltos, trabando con él además una gran amistad que duró hasta la muerte del germano en la II Guerra Mundial.
Tommie Smith y John Carlos- México 1968
La condena del racismo también tuvo mucho que ver en el siguiente momento histórico que hemos seleccionado, el de la ceremonia de entrega de medallas de la competición de salto de longitud de los Juegos Olímpicos de México de 1968, cuando el ganador y el tercer clasificado, los estadounidenses Tommie Smith y John Carlos, levantaron mientras sonaba el himno de su país sus puños derechos enfundados en sendos guantes negros, reivindicando así el black power frente al racismo, la discriminación y la segregación por el color de la piel.
Nadia Comaneci- Montreal 1976
La perfección es una quimera imposible en cualquier orden de la vida, o al menos eso se creía hasta que una gimnasta rumana de 14 años irrumpió en los Juegos Olímpicos de Montreal, consiguiendo ser la primera en toda la historia que recibía una nota de 10 por un ejercicio. Para el estallido de esplendor que detonó Nadia Comaneci ni siquiera estaban preparados los marcadores digitales con los que se puntuaban las pruebas, ya que solo eran capaces de dar puntuaciones de tres dígitos.
Carl Lewis y Ben Johnson – Seúl 1988
Si hay un duelo en la historia de las olimpiadas que pueda ejemplificar lo mejor y lo peor del deporte este es sin duda el que mantuvieron en los 100 metros lisos el ‘hijo del viento’ Carl Lewis, que se había alzado con cuatro oros en las olimpiadas de Los Angeles de 1984, y Ben Johnson, el velocista canadiense al que ningún récord parecía resistírsele. Ganó Johnson con una marca estratosférica de 9,79 segundos, aunque el varapalo vendría después con un positivo por dopaje que abrió una nueva era y supuso el fin de la inocencia en el olimpismo.
Usain Bolt – Pekín 2008
Tuvieron que pasar dos décadas para que alguien volviese a batir el récord de los 100 metros lisos en buena lid, una hazaña que protagonizó el corredor jamaicano Usain Bolt, que dejó la plusmarca en unos 9,69 segundos, que como poco parecían imposibles de rebajar, hasta que el mismo lo hizo no mucho después poniendo el récord en unos marcianos 9,58 segundos.
Michael Phelps- Pekín 2008
Los juegos olímpicos que se celebraron en la capital del gigante asiático fueron especialmente pródigos en momentos históricos, ya que a las hazañas en el tartán de Usain Bolt se sumaron las de Michael Phelps en la piscina, donde el tiburón de Baltimore fue más voraz que nunca y conquistó ocho medallas de oro, un número de entorchados que nadie había conseguido antes y que es bastante improbable que alguien pueda volver a lograr.
Bonus track: Fermín Cacho- Barcelona 1992
No queremos acabar este recorrido por los hitos históricos de los juegos sin recordar la gran gesta que protagonizó Fermín Cacho en Barcelona 92, cuando consiguió alzarse con la medalla de oro en los 1.500 metros de atletismo, la prueba reina del deporte olímpico que más atención suscita. Además, el español tuvo el gran mérito de imponerse al gran favorito, el argelino Nurredin Morceli, logrando un triunfo que ningún atleta que no fuese originario del continente africano volvió a repetir hasta que el estadounidense Matthew Centrowitz consiguió imponerse en la prueba celebrada en Río 2016.
Como has podido comprobar los juegos deparan momentos repletos de emoción, lo que explica la expectación con la que aficionados de todo el mundo están aguardando que comiencen los de Japón, algo que se puede apreciar a la perfección en el aumento a nivel global de la cantidad de pronósticos que se realizan en la casa apuestas, el mejor termómetro para calibrar la pasión que despierta un evento deportivo como los Juegos de Tokio de 2020, que quién sabe igual alumbran también gestas históricas que perduren para siempre, momentos únicos de esos que son capaces de conferir al deporte una épica que lo emparenta con las mejores historias cinematográficas.