El afán de lucro de los estudios ya es demasiado cantoso. Detecto una codicia desmedida por hacer dinero sin ningún tipo de escrúpulo, y lo peor de todo, es que encima la fórmula les puede salir bien.
Desde luego, los superhéroes y todo lo que tiene que ver con ellos son, sin duda, los que movilizan la taquilla internacional. Es el nuevo cine épico. Y la realidad es que otro tipo de películas con menos dinero y relatos menos ambiciosos quedan relegadas al apartado independiente, cuando hace veinte años o más, se habrían estrenado sin problemas en salas grandes.
El resultado de esta nueva forma de concebir el séptimo arte comienza a cobrarse sus víctimas. Disney posiblemente recule con Star Wars (tras el inexplicable batacazo en taquilla de Han Solo) a no más tardar; y en cualquier momento, le va a llegar el turno a los superhombres y supermujeres, sobre todo, si se hacen productos como el que vamos a comentar. Y de forma muy breve. No porque yo quiera hacerlo así, que también, sino porque desgraciadamente, Venom es un producto, no una obra de arte, en el sentido de que está absolutamente vacía de contenido.
Tom Hardy y Michelle Williams |
Me comentó un compañero ayer que es una cinta trasnochada, como de otra época (en la red circulan críticas y comentarios que la comparan con Daredevil, Catwoman o las cintas de superheroes anteriores a la era inaugurada por Blade). En ese asunto no entro, pero lo que sí que puedo decir es que Venom es una película carente de alma. Y no creo que esto sea por voluntad de Tom Hardy, protagonista y productor del film. Más bien, responde a las decisiones tomadas desde el departamento de contabilidad y marketing, que es el que dirige el estudio responsable de esto.
Porque claro, se han recortado unos 40 minutos del metraje de Venon… o eso es lo que cuentan. Sinceramente, es complicado ya fiarse de las múltiples noticias que aparecen en internet las 24 horas del día, porque no sabes qué es verdad y qué es mentira. Pero hay algo que sí que puedo asegurar; cualquiera se dará cuenta de que en esta película faltan cosas. Es decir, el argumento se queda en un mero planteamiento, en una nada donde hay un protagonista, Eddie Brock, que sabemos que es periodista y que tiene conciencia social. Y también sabemos que no es tan bueno como él se cree. ¿O sí? Sinceramente no lo sé, solo puedo basarme en lo que se del personaje por los cómics, donde claramente era un fracasado que culpaba de todos sus males a Spiderman. Un villano, un antihéroe si acaso, pero resulta que el estudio le ha transformado justo en todo lo contrario, en aquello que Venom nunca podrá ser. Y claro, lo que sucede es que pervertimos la esencia de una historia para, supuestamente vender más.
Riz Ahmed |
Y es que ¿Cómo es posible que en un plano encontremos al protagonista de una forma y al siguiente ha cambiado su decisión vital por arte de magia? ¿Cómo es posible que la película tenga un comienzo oscuro, repleto de maldad pura y dura, y luego esto sea un festival de escenas de acción que dan auténtica risa por su mala ejecución? Esto sucede porque además hay un villano que es un topicazo con patas, con un discurso incoherente y además ya pelmazo acerca del cambio climático que, no viene a cuento ni importa nada al espectador. Vamos, que es un villano al que deseas que maten pero por tonto y pesado.
Buenos momentos son los comienzos tras la infección, cuando Brock lucha contra lo que le está pasando, instantes en los que Tom Hardy toma el control y logra hacer algo interesante, pero pronto esto llega a su fin para hacer de Venom un producto light, muy bajo en calorías, sin sal y sin una buena dosis del gore, la sangre y la violencia desenfadada que le hace falta.
Demasiada vergüenza tiene esta película de ser lo que es en el fondo, y esto supone su épico fracaso. ¿Se hará realidad en la taquilla?