Crítica de’Sister’: La muy creíble historia de dos hermanos
‘Sister’ es la historia de dos hermanos, Simon (Kacey Mottet Kleyn) un chico de doce años, y su hermana mayor Louise (Léa Seydoux), y la relación que ambos mantienen. Viven juntos en un piso en la zona de Los Alpes, donde la nieve, que es un elemento más de la película, lo inunda todo. La situación entre ambos es extraña, y cada vez más tensa, ya que ella ha perdido su trabajo y dependen del robo de esquís, gafas y otras piezas de turistas ricos que posteriormente revenden, actividad a la que se dedica Simon. Cuando ese se convierte en el único modo de supervivencia de los dos hermanos, la relación se va deteriorando.
Ambos son dos personas difíciles: Simon es un mentiroso patológico que no puede evitar intentar hacerse pasar por otro en cuanto le es posible, mientras que Louise es una mujer pero se comporta como una adolescente malcriada: dejando su trabajo, desapareciendo durante días y dependiendo económicamente de su hermano menor. Entre ellos dos se cambian los roles y es el propio Simon quien tiene que comportarse como un adulto para que Louise sobreviva.
La película, dirigida por Ursula Meier, analiza a estos dos personajes y la relación familiar que mantienen utilizando la cámara como un mero espectador y sin un narrador que cuente lo que va sucediendo, lo que va metiendo poco a poco al espectador en ese piso, y sobre todo en esa zona de pistas de esquís.
Los personajes secundarios aportan ritmo a la película: Como por ejemplo el interpretado por Gillian Anderson (Expediente X), una adinerada madrd que viaja a Los Alpes con sus hijos, y Simon se acerca a la familia con un aparente interés puramente familiar.
Lenta a trozos, se mantiene en la postura de que Simon es un adulto, y cuando creemos que puede estar comportándose como un niño por una vez, no es más que una estratagema para continuar haciendo lo único que sabe hacer: engañar y robar. ¿La razón? Muy creíble, muy sincera entre tanto blanco de la nieve. Pero para ello, para entenderla y que llegue a sorprender (ese viaje en coche es, para mi gusto, de las mejores escenas de la película) es necesario haber visto todo lo demás de los personajes, haber comprendido cómo son y sentir esa lástima que sentimos por ellos, ya que el trabajo de ambos actores no podía ser más impecable.