Y llegamos al final…
Paolo Taviani (César debe morir, La noche de San Lorenzo, Padre Padrone) es un hombre campechano y con mucha gracia. A sus 86 años recién cumplidos sigue disfrutando del cine como cuando tenía 31. No se considera un maestro porque “odiaba el colegio y la palabra le idea no le gusta porque le recuerda a los profesores”. Siente envidia cada vez que ve una película de Xavier Dolan y se pregunta “¿Por qué no he hecho yo algo así?”, y el mismo se responde, “Pues porque no me sale”. Le gustaría hacer una serie, por ejemplo, de El Corsario Negro, pero “a lo mejor no llego al último capítulo, y lo siento mucho”. Y así hasta merecerse un gran aplauso y el Giraldillo de Honor compartido con su hermano Vittorio.
Su último trabajo, presentada fuera de competición, es un largometraje de corte clásico basado en una novela de Beppe Fenoglio, que maravilló al director cuando escucho un fragmento en la radio. Ambientada en la II Guerra Mundial y con un triángulo amoroso como tema principal -un tema que el mismo Paolo reconoce banal y poco original, que hadado “películas buenas y películas horrorosas”, pero cuyo valor consiste en contarlo de forma diferente-, se sigue con cierta tensión a través de flashbacks y de la mirada profunda del protagonista Luca Marinelli.
Y así empieza todo, con los recuerdos de un amor rememorado a través de un recurso, todo hay que decirlo, un poco esponjoso y manido, la canción “Somewhere over the raimbow”. Así transcurre, con una obsesión por el reencuentro a través de la búsqueda de esa tercera persona, casi traidor, en medio de una niebla que es “un personaje más”. Y así termina, sin una respuesta clara. ¿Qué elige el protagonista? El viejo director nos deja a la expectativa: “Va hacia algo nuevo ¿El qué? No lo sé”. ¿Te atreves a descubrirlo?
UNA QUESTIONE PRIVATA (2017)
Director: Paolo Taviani
Reparto: Luca Marinelli, Anna Ferruzzo, Francesco Turbanti, Marco Brinzi
Género: Drama, bélico
Duración: 85 min.
Valoración: 6 / 10
Hemos visto grandes películas de todos los géneros. Recién llegadas de Cannes, Venecia, Berlín, San Serbastián o Sitges. Nos hemos reído (The square, El autor. Nos hemos súper emocionado (Tierra de Dios, Tierra Firme, Verano 1993). Hemos pasado miedo y mucha tensión (El sacrificio de un ciervo sagrado, y El autor, otra vez). Hemos visto caer algunas expectativas (Jupiter’s moon). Hemos llegado tarde a alguna que otra sesión, con fatal resultado (te quedas sin peli… ya veré la de Berto en otra ocasión). Hemos hablado y escuchado a grandes directores consagrados y a nuevas promesas (recuerden el nombre de Francis Lee). Y, como en todo festival que se precie, nos hemos topado con película infumables (The wild boys, lo siento, aguante 15 minutos… otros solo aguantaron 2). Pero sobretodo, hemos asistido al mejor Festival de Cine Europeo de Sevilla de la historia. Espero que la fuerza le siga acompañando a los programadores en siguientes ediciones.
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Fin.
Volveré.
