Spartacus – War of the Damned, Episodio 3×09: La crítica

Tras dos semanas de espera, y después de un capitulo que nos dejo el cuerpo anhelante de nuevos acontecimientos, este nuevo episodio titulado «The Dead and the Dying» (Los muertos y los moribundos) nos ofrece novedades sobre este conflicto que esta a punto de terminar.
Aprovechando dicha ventaja, y tras conocer por boca de una desvalida Naevia el destino de Crixus y los suyos, urdirán un ardid para intentar atraer a Crassus hasta su terreno aprovechando las nuevas circunstancias, que tras la negativa de este (Marcus Crassus) y una rápida intervención de Caesar (que se da cuenta de los planes de los rebeldes) provoca que Tiberius caiga finalmente en manos de los rebeldes.
![]() |
Naevia subestima a su adversario, pero aún así el joven no es rival para ella |
Con dicha ventaja en sus manos, Spartacus decide realizar unos juegos para honrar a los caídos y elevar los ánimos de sus tropas, ofreciéndonos un espectáculo que a diferencia de otros capítulos, permite que el actor Liam McIntyre pueda lucirse como no ha hecho prácticamente en esta temporada, y aunque no es el único, dotara de agonía a la espera de Tiberius, quien prácticamente se ve ya en manos de los dioses de la muerte por cortesia de Naevia, salvo por unas sorpresas que no voy a desvelar, dejándoos que lo veáis por vosotros mismos.
![]() |
La pira funeraria por Crixus y los caídos es un momento lleno de emoción |
La verdad, me gustaría poder contaros mas sobre el capitulo, pero creo que lo importante es que lo veáis, que disfrutéis en primera persona de los sucesos que acontecen durante la hora (bueno… un poco menos) que dura este estupendo espectáculo, y que cada vez tengo mas claro que dejara un hueco irrepetible en la parrilla televisiva.
Spartacus y los suyos interceptan a un grupo de legionarios que forman parte de las tropas de Pompeyo al mismo tiempo que encuentran a Naevia, una de las pocas supervivientes del conflicto del episodio anterior, y que es devuelta al bando rebelde con la cabeza de Crixus para provocar la ira del líder de la rebelión.Sin embargo, lejos de reaccionar de forma rápida y precipitada, Spartacus urde un plan para atraer a Marcus haciéndose pasar por Pompeyo, consiguiendo finalmente que Tiberius caiga en sus manos tras un curioso giro de acontecimientos propiciado por Caesar.
Con el hijo del adversario en su poder Spartacus organiza unos juegos donde ejecutara a todos los romanos apresados, pero junto antes de que Tiberius caiga en combate, llega un visitante dispuesto a negociar por la vida del hijo del emperador.