Tras tres temporadas de auténtica emoción, de gran entretenimiento, este crítico se preguntaba cómo era posible que una serie como Cobra Kai tuviese cabida entre los grandes éxitos de Netflix. Porque hay que ser honestos: el mensaje que subyace a todo el relato, que es básicamente el mismo presente en la saga cinematográfica precedente, es el mismo: enfrentarnos a nuestros miedos, aunque sea con los puños en un momento dado. Y esto va en contra de los principios de la nueva doctrina woke que se trata de imponer a la civilización occidental. Surgía constantemente esa pregunta: ¿Dónde están los puritanos fanáticos? ¿Dónde están los apóstoles de la corrección política? ¿Es posible que hayamos acabado con este virus del buenismo, del postureo barato?
Paseando por twitter, encuentro un mensaje de un comentarista de Fox News que contiene una captura de pantalla con un titular acerca de Cobra Kai, y de que es una serie demasiado blanca. Es decir, que hay unos cuantos que se quejan porque en su reparto no hay apenas representación afroamericana. Supongo que se referirá al trío de protagonistas adultos, Daniel, Johnny Lawrence y el malvado John Krees. Porque en lo que es el reparto juvenil, hay una representación tanto de blancos como de latinos (para más señas, el auténtico protagonista de la serie, es un chaval hispano llamado Miguel) asiáticos, y también negros.
At Netflix, 'Cobra Kai' broke out. Now its whiteness is under a new spotlight https://t.co/6txGU7nJFd
— Los Angeles Times (@latimes) January 10, 2021
Mientras escribo esto, de verdad lo digo, me siento como un imbécil. Porque tengo la sensación de que explicar cosas evidentes es absurdo. Pero claro, parece que te obligan a ello, sobre todo porque tengo la sensación de que la mayor parte de los que se quejan, en realidad, no han visto la serie. Si la hubiesen visto sabrían que esto que dicen no es más que otro intento estúpido más de llamar la atención.
Porque en eso consiste esta nueva ideología woke, en el más puro absurdo, pero desgraciadamente cuela. Este es el problema. Alguno habrá ahora mismo en el consejo de administración de Netflix o de Sony, que son los otros productores de la serie, que pensarán que a lo mejor los opinadores baratos tienen razón y hay que reajustar el reparto para que se queden contentos, pobrecitos… de verdad es penoso lo que está pasando. Pero también se me ocurre una idea mejor, ya puestos con las chorradas: ¿Por qué no se lo decís directamente al productor ejecutivo de la serie? ¿Sabéis quién es? A mí me suena su nombre, un tal Will Smith…decidle lo del racismo…