Crítica de «El Ejercito de los Muertos»: Mercenarios y zombis acróbatas en Netflix

Tras una espera bastante larga, por fin llegó el momento de poder disfrutar en Netflix de El Ejercito de los Muertos. Personalmente, espero con muchas ganas ciertos estrenos en Netflix y es que, tras la paternidad y con el maldito COVID, los viernes de estrenos televisivos bajo demanda son lo más parecido que tengo a ir al cine.

Así pues, el viernes 21 de mayo, tras acostar al pequeño y con los auriculares puestos, me dispuse a disfrutar de la nueva película de zombis de Snyder, director que entró de lleno en el mercado con el remake de una de mis cintas favoritas: Dawn of The Dead, aka Amanecer de los Muertos.

En general, las películas de Snyder me suelen gustar. No me quejo de sus abusos y si bien, aunque soy consciente de que cuando se le da demasiada libertad acaba haciendo cosas como Sucker Punch, he disfrutado mucho de cintas de su autoría como la citada Amanecer de los Muertos, 300 o Watchmen.

No puedo decir lo mismo de El Hombre de Acero, BvS o Justice League, pero para mí cumplían con lo propuesto así que, con un proyecto como El Ejercito de los Muertos, del que hablaba con tanto cariño, que pertenecía al mismo género con el que debuto tan exitosamente y en el que incluso se había propuesto hacer de director de fotografía esperaba algo bastante bueno, y lamentablemente, no puede decir que me haya satisfecho con ella.

¿Qué falla y que funciona en El Ejercito de los Muertos?

Si bien, el inicio de El Ejercito de los Muertos (Army of Darkness) prometía bastante con su particular estilo narrativo y en la forma en que presentaba a los personajes, el resto de la película me ha parecido un refrito de tópicos y homenajes / plagios que, aunque entretienen, no han conseguido aportar apenas nada a una cinta que, por otro lado, tampoco creo que buscara convertirse en un referente dentro del género.

En El Ejercito de los muertos no tenemos grandes actuaciones, ni grandes historias, ni grandes personajes. Todo es bastante intrascendente y ni siquiera destaca en ningún aspecto como película de zombis o película de atracos.

Aquí los zombis han pasado de ser terroríficos para convertirse en otra cosa y aunque agradezco el intento de hacer evolucionar el genero con una estirpe de no-muertos más evolucionada (algo que tampoco es nuevo), convertir a los principales monstruos de la película en un grupo de no muertos aficionados al parkour hace flaco valor a los amantes del cine de los muertos vivientes.

En El Amanecer de los Muertos, el terror a las hordas de zombis lentos se ampliaba con la capacidad de correr que tenían los caminantes del remake y respondían a la necesidad de hacer más temibles a estos seres a los que por su lentitud, se les había ubicado en el escalafón más bajo en la jerarquía de los monstruos. Los zombis solo eran terroríficos por su capacidad de aguantar lo que le echasen, por su enorme numero o por el hecho de que cualquiera que fuera mordido acababa como ellos, pero a finales de los 90 dejaron de dar un poco de miedo. Fue por eso por lo que Snyder (y anteriormente Danny Boyle con sus infectados de 28 días después) decidieron dotarlos “de velocidad”.

En Army of the Dead (El Ejercito de los muertos) no solo corren, han creado una especie de sociedad, tienen sus ritos e incluso son capaces de usar armas con la soltura de Kraven el Cazador. Si, son más letales y su amenaza es mayor, pero han perdido, y fíjate que chiste, SU ALMA.

Al margen de eso, y como ya decía, en la cinta de Snyder se abusa de los homenajes a todo tipo de películas (incluso hay un momento Zombieland) y se incumplen normas básicas no escritas del genero como hablar del origen de un brote o llamar zombis a los zombis. Eso no se hace (si hasta usa el tema Zombie de los Cramberries que nada tiene que ver con los muertos vivientes… por dios), y aunque es un detalle insignificante, es una pega más a la cinta.

En mi caso, ni su trama del robo, ni los dramas personales de la cinta funcionan como deberían y acabas de ver la película sin sentir nada por los personajes ni por las situaciones por las que han vivido.

No se exactamente que es lo que ha pasado (y con la foto de arriba puede que se explique algo, ya que en ella falta una chica del equipo y sobra un tipo que no aparece en el film). No sé si esta película se ha visto influida por la actual tendencia de intrascendencia que tienen muchos de los productos destinados a televisión o es que simplemente la influencia de James Gunn (recordad que fue responsable del guión y que luego realizó esa joyita repleta de homenajes llamada «Slither») fue lo que hizo grande el remake de El Amanecer de los Muertos, pero como fan del genero Z, estoy dolido y decepcionado.

En definitiva…

Pese a todo, si te mola el genero y no eres muy exigente (ni con la acción, el terror o los planes simplones), puedes acabar disfrutando de la cinta, pero hubiera sido mucho más fácil hacerlo si el metraje no se hubiera extendido por más de dos horas en las que, desde un principio, sabes que nada va a salir bien y que todo responde a la mayor recopilación de tópicos que hemos visto este año.

Ni su intento de cliffhanger final logra despertar el interés, y aunque conociéndome como me conozco, se que picaré en la precuela, en la secuela y en la serie que prepara Netflix, muy bien tienen que hacerlo para que esta herida cicatrice en mi corazoncito de friki de los zombis.