Crónicas del Festival de cine de San Sebastián 2017: Día 2 – ‘The Shower’, ‘La peste’ y ´La Villa’
Seguimos con las crónicas de la edición 2017 del Festival de Cine de San Sebastian y en esta nueva entrega hablamos de tres titulos, siendo sin duda el más “La Peste” de Alberto Rodríguez (La Isla Mínima)
En un lugar de San Sebastián de cuyo nombre tuve que acordarme porque si no llegaría tarde a la película de las 16:00…
¿No es adorable que proyecten a los nuevos directores en salas pequeñitas?
Lo que no es adorable es el señor que tengo a mi izquierda, cuya digestión es más que cuestionable.
Piensa que estamos viendo una película en cuatro dimensiones. Piensa que en 1852, en un pueblo de Francia, no debía oler precisamente a rosas.
Yo en lo que pienso es en que hace poco estrenaron La seducción de Sofia Copola.
The sower: Napoleón ha dejado sin hombres a un pueblecito de campesinos. Las mujeres se quedan solas. Las mujeres se desesperan y sueñan con un gigoló decimonónico para repartírselo entre todas.
Mucho feminismo pero estas mujeres no pueden vivir sin un hombre.
Y el pobre hombre es un santo.
Tiene gracia cuando la chica le pellizca el culo.
La película, aun con su ritmo lento, tiene su no se qué.
La fotografía es preciosa.
Mucho Millet y Vermeer.
Millet tiene sentido. Realismo francés del siglo XIX. Era la época.
Y es que, realmente, es una situación muy real. Antes y ahora.
¿Tú crees?
Prueba a secuestrar a todos los hombres.
Instinto de supervivencia…
Y otras cosas…
Y de peste (recordemos al señor de la mala digestión) a peste y tiro porque me toca.
¿A quién le toca?
A Alberto Rodríguez.
¡Ah! ¡La serie!
Sí, en una sección oficial de un festival tan importante, y no ha sido la única.
¿Te acuerdas de The young pope en Venecia?
¡Qué gran serie!
Y aquí podemos ver también Vergüenza, de Juan Cavestany.
El mundo está loco, loco, loco.
Alberto Rodríguez: “Probar algo nuevo. Esa era la apuesta. Creo que está hecha para verse en salas y puede convivir perfectamente con el cine”, aunque “nunca la he visto en pantalla grande y tengo curiosidad. Eso ha sido lo más raro del proceso, que lo que estás haciendo se va a ver en una pantalla pequeña y luego en un móvil”. “A mí me parece muy raro, pero la gente lo hace. Yo no lo entiendo. Es como beberse un buen vino en un vaso de plástico”.
Si que está loco el mundo. La peste no es solo una enfermedad. Está en todas partes.
Rafael Cobos: “Como hicimos en La isla mínima, hay conexiones con la actualidad”.
Lo que está en todas partes es una oscuridad muy barroca: carteles, profundidad de campo, luz…
Alberto Rodríguez: “Hemos manejado muchas referencias. Sí, hemos usado Murillo, Velázquez, pero principalmente Caravaggio. Pau Estévez ha hecho un gran trabajo con la luz, intentando ser muy fiel a lo que había en el momento. Las ventanas de las casas eran muy pequeñas. Había momentos en los que no había luz, y eso lo hemos recreado. Hay secuencias iluminadas con dos o tres velas. No había más. No se veía nada”.
Paco León: “Es cierto. Había veces que la maquilladora venía a retocarte y decías ¿Quien es esta mujer?”.
Y oscuridad es lo que se queda después del segundo capítulo, sin un tercero al que poder echarle mano.
Alberto Rodríguez: “La verdad es que la serie no está acabada. Así que hubiera imposible que viéramos los seis capítulos. Todavía queda mucho trabajo que montar”.
Pues así no vale, porque no puedo decir si sí o si no.
Yo necesito como mínimo tres capítulos para darle una oportunidad a una serie.
Pues ya sabes.
No vale…
Quédate con que hemos estado casi dos horas en la Sevilla del siglo XVI.
Eso ha sido guay.
Alberto Rodríguez: “La idea de la serie era que el espectador diese un paseo lo más veraz y creíble posible por la Sevilla del XVI, a pie de calle”, “Hay algo como muy físico que está buscado desde el principio”. “Que se sienta la calle, la vida de la ciudad de cerca”.
¿Y la pintora?
Curioso…
Pero dicen que no existió.
¿Has estado investigando?
Pues sí. Es me entró mucha curiosidad.
Es que las mujeres de la serie tienen mucho que decir.
Y que pintar.
Patricia López Arnaiz: “Me interesó muchísimo al parte que nos toca a las mujeres. Creo que se refleja muy bien. Creo que el personaje de Teresa tiene también ese lugar, demostrar como las mujeres vivían la época, sin que sea un personaje que dependa de los personajes masculinos, sino que es en esencia es la historia de una mujer. Descubrí al investigar la mujer en la época, entender mucho mejor el presente”. “Me parece algo actual en el sentido de la herencia. He podido entender muchas cosas. La herencia. Lo que yo traigo de mi madre, de mi abuela y de donde viene”.
Necesitaría ver más para valorarla mejor.
Pues tendrás que esperar hasta noviembre-diciembre.
Para entonces, quizás tengamos todos la peste…
Paco León: “Es muy guay como acaba la cosa… Hasta ahí puedo leer.”
Y hasta aquí, casi, puedo leer yo. 1. Porque si llegas dos minutos tarde no te dejan entrar en la sala. Adiós ciclo Jopseph Losey. Adiós Michael Caine. Adiós A romantic English woman. 2. Porque la opción alternativa, de la sección perlas, no es precisamente una perla. 3. Porque es mi cuarta película de un día que empezó con la genial e inmejorable The disaster artist. A partir de ese momento, nada fue lo mismo.
¿Y qué decimos de esta?
Entre bostezo y bostezo.
Un pelín larga ¿No crees?
Al menos hay comedia dentro del drama.
Y las tramas separadas, pero juntas, animan un poco el argumento.
A cualquier cosa le llamas tú animar: un hombre con depresión, una chica que se pasa toda la película corriendo con la misma ropa y luego se fuma unos cuantos cigarros, una ex actriz que niega el amor, un tío pesado con cara de tonto enamorado sin remedio, otro que se dedica a cortar hierbajos del campo, ancianos moribundos…
Bueno, el sitio es súper bonito.
Sí.
Continuará…