My Dog Killer [Críticas SEFF 2013]

My Dog Killer [Críticas SEFF 2013]
Comienza un nuevo día en Eslovaquia con unos poéticos rayos de sol que se vislumbran en la lejanía, unos minutos de amanecer para comenzar el nuevo día y para dar inicio a esta película. También, para dar mis primeros pasos en el extravagante mundo del cine independiente, en el que no estoy casi nada experimentada. ¡Allá vamos! 
«My dog Killer» es una película eslovaca  dirigida por Mira Fornay, con la que pudimos compartir algunos minutos de coloquio después del film. Ella misma nos pidió que no desveláramos nada de la trama, afirma que su película solo puede disfrutarse si se visiona desde la completa ignorancia del argumento. Así qué solo os pondré un poco en antecedentes, esta película nos habla de racismo, de marginación social, de xenofobia, de crimen, de guetos, de extremos. Algo bastante manido y que ya encontramos en numerosas obras (no sólo fílmicas sino de cualquier tipo), sin embargo Mira Fornay lo hace con cierta originalidad, dándole al espectador un punto de vista distinto. 
Creo que es fundamental mostrar otras perspectivas a las que estamos acostumbrados, y eso es precisamente lo que hace Fornay en esta apuesta, se centra en contar una historia bastante cruda y que nos hará sufrir y pensar en la realidad actual de muchas zonas de Europa, pero desde un punto de vista (aunque parezca mentira) objetivo. Quizás los expertos en materia borrarían mis palabras, pero a mi me evocó esa sensación.
Los personajes carecen de empatía, son personajes fríos, no buscan causar identificación en el público. Yo como espectadora me sentí como si estuviera entrando en la vida de una persona que no conozco de nada, como si espiara los movimientos de un desconocido, en ningún momento llegamos a conocer con certeza el porqué de nada de lo que ocurre, nos presentan los conflictos de manera sesgada y en ningún momento somos capaces de vislumbrar ni por asomo los pensamientos de los distintos personajes. Mi sensación principal podría ser comparable a esos momentos que vivimos todos cuando escuchamos a dos personas charlar en el autobús sobre su vida privada y nosotros entramos a escuchar la conversación pero no llegamos a entender su totalidad porque nos faltan detalles y porque desconocemos a los protagonistas.
Fotograma de "My Dog Killer", Mira Fornay
Aquí vemos a nuestro protagonista «jugando» con su perro, Killer.
Por otro lado, la película no busca causar pena, algo de lo que pecan bastantes películas que tocan temas del ámbito de la crítica social, no se alarga en las escenas emotivas, no busca provocar las lágrimas ni risas del espectador, más bien hace una búsqueda de nuestro yo más inconsciente para hacernos reflexionar sobre ciertos temas. 
A mi me recordó en ciertos aspectos a una de las obras más relevantes del dramaturgo español José Luis Alonso de Santos en su conocida obra, «Salvajes», donde ya nos proponía ver los problemas sociales desde el otro lado. ¿Qué lleva a una persona a cometer atrocidades? ¿Qué reacción tiene dicha persona?  ¿Es feliz esa persona? Todas esas preguntas, y algunas más, aparecen en nuestra mente mientras visualizamos este film, pero Fornay opta por no contestarnos, por lo menos no de una manera clara, ya que nuestro protagonista (del que no quiero desvelar nada para cumplir con la petición de la propia directora) no llega a mostrarse «humano» prácticamente en ningún momento. Si tuviera que hacer una descripción del personaje en dos simples palabras, las elegidas serían solitario y perdido. Camina de un lado a otro cumpliendo lo que supone que tiene que hacer, pero sin saber muy bien porqué ni qué lo motiva a ello. No parece tener aprecio por nadie de su entorno, con el único que hace una excepción es con el perro que da nombre al film, Killer.
"My Dog Killer" de Mira Fornay en el SEFF2013
En este fotograma podemos ver a un grupo de skinheads
Pasando ya a un ámbito más técnico, en esta película abundan los planos largos sin cortes, también abundan los planos no estabilizados, y todo, o prácticamente todo, esta grabado con luz natural, hasta tal punto que la parte más álgida de la película casi la tenemos que imaginar por la oscuridad a la que se ve sometida, ya que transcurre en noche cerrada.

A modo de apuntes curiosos, que pudimos conocer gracias al coloquio con Fornay, decir que la localización está muy próxima a la frontera entre Eslovaquia y República Checa por lo que la co-producción fue bastante fácil de llevarse a cabo, y que aunque el rodaje de este film como tal duró entre 35 y 38 días, Fornay investigó sobre el tema unos dos años y tardó en realizar el casting un año y medio. Finalmente el reparto fue formado por personas sin ningún tipo de experiencia al actuar, por personas de a pie que no conocían para nada el mundo del cine, sin embargo, personalmente no noté carencias interpretativas en ninguno de los personajes.

Podría hablar muchísimo más sobre la crítica social y las luchas de clases que presenta esta película, pero pocas cosas me quedan por decir sí tengo que limitar mis palabras para no contar más de la cuenta, por lo que termino avisando de que esta película no es nada fácil, es bastante sesuda, y como ocurre con el cine independiente solo está recomendada para personas que buscan en el cine algo más que entretenimiento. A mi personalmente me ha parecido una buena apuesta, y aunque el final se me antoja algo brusco creo que está a un nivel más que recomendable para que deis una oportunidad a su visionado.


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